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Arqueología urbana en Bogotá: memorias que emergen desde el Bronx Distrito Creativo

28 julio, 2025

Hacer arqueología urbana en Bogotá es reconstruir los hilos invisibles de la vida cotidiana que han dado forma a su territorio. Es revelar cómo vivieron, comieron, comerciaron, se cuidaron y resistieron quienes habitaban este lugar desde tiempos prehispánicos hasta la modernidad. En el Bronx Distrito Creativo (BDC), ubicado en la Localidad de Los Mártires, esta labor adquiere un valor especial: se convierte en una herramienta para reconocer y preservar el legado de un espacio profundamente simbólico, históricamente estigmatizado, pero siempre habitado, transformado y lleno de memoria.

Este 28 de julio conmemoramos el Día Internacional de la Arqueología desde este mismo lugar, que acoge hoy el mayor proyecto metropolitano de restauración patrimonial de la capital. En los 34.884 m² actualmente intervenidos con criterios de conservación, bajo el liderazgo de la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), en articulación con Renobo, la arqueología urbana ha sido mucho más que un componente técnico: ha sido un pilar ético, cultural y simbólico para proyectar el futuro de la ciudad con raíces y sentido.

¿Qué significa hacer arqueología urbana?

Es estudiar las huellas del pasado reciente en entornos construidos a través de los restos materiales que permanecen bajo el suelo. Esta disciplina permite comprender cómo han cambiado los territorios, sus formas de vida, sus tensiones históricas y sus vínculos comunitarios. En el Bronx Distrito Creativo, la arqueología urbana ha permitido no solo proteger ese legado, sino también acompañar un proceso de renovación cultural, artística y ciudadana. Aquí, excavar es también imaginar futuros.

Un laboratorio de ciudad, historia y sentido

La arqueología acompaña de manera continua la Etapa 1 de obra del Bronx Distrito Creativo desde octubre de 2023, con el respaldo técnico del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Las intervenciones se han concentrado en puntos clave como la plazoleta de la Avenida Caracas, el edificio de La Facultad, La Flauta y La Milla, reconocida por ser la primera calle pública techada de Bogotá.

En estos 22 meses de trabajo, un equipo conformado por cinco arqueólogos y ocho operarios ha dedicado más de 4.500 horas a labores de excavación, análisis y clasificación en el Bronx Distrito Creativo. A la fecha, el laboratorio ha registrado 73.138 hallazgos arqueológicos, entre ellos más de 90 estructuras como pisos coloniales y cañuelas. Entre los vestigios recuperados se destacan infraestructuras hídricas de los periodos colonial y republicano, elementos arquitectónicos de distintas épocas, cerámica de tradición indígena y mestiza, así como objetos en vidrio, metal, hueso y textiles, además de restos de fauna, semillas y utensilios de uso cotidiano.

Cuando los objetos hablan: memoria en fotogrametría

Cada hallazgo arqueológico es una ventana al pasado y, por eso, en esta conmemoración, compartimos una selección especial de piezas digitalizadas mediante fotogrametría, disponibles para su exploración interactiva:

CEPILLO DE DIENTES

Fotogrametría
Material: Hueso posiblemente vacuno tallado
Cronología: Finales del siglo XIX – primeras décadas del siglo XX

Descripción:
Cepillo fabricado a partir de un mango de hueso perforado, en cuyo extremo se insertaban mechones de cerdas animales. Este tipo de instrumento corresponde a las primeras versiones estandarizadas de cepillos dentales, empleados antes de la adopción generalizada del plástico en su fabricación.
Su manufactura combinaba procesos artesanales con sistemas semiindustriales. Eran objetos duraderos, de costo moderado, presentes tanto en hogares populares como en sectores medios. Uno de los ejemplares recuperados en el Bronx lleva la inscripción “DuPont – France”, lo que sugiere un origen europeo y confirma la presencia de productos importados en el sector. La empresa DuPont participó en la distribución de bienes de higiene desde el siglo XIX, incluyendo mercados de exportación.

¿Qué revela sobre el Bronx?

Este objeto evidencia la incorporación de prácticas modernas de higiene personal en un momento clave del desarrollo urbano de Bogotá. Durante buena parte del siglo XIX y comienzos del XX, el Bronx funcionó como un espacio residencial y comercial donde circulaban productos manufacturados, incluidos artículos importados.

La presencia de un cepillo con marca francesa refuerza la idea de un Bronx conectado con redes transnacionales de consumo y revela la existencia de prácticas cotidianas de autocuidado entre sus habitantes. Este tipo de objetos forma parte del proceso de higienización y disciplinamiento del cuerpo, vinculado al proyecto de modernidad urbana impulsado por las élites, pero también apropiado por los sectores populares. El Bronx fue parte de ese proceso histórico en el que el aseo personal dejó de ser un lujo para convertirse en un componente fundamental de una vida cotidiana digna.

CAÑUELA

Fotogrametría
Cronología: inicios del siglo XIX

Descripción:
Estructuras de ladrillo con tapa de laja de piedra, construidas y utilizadas para conducir el acueducto, las aguas negras y las lluvias. Estas redes hídricas son clave para comprender cómo ha evolucionado la gestión del agua en la ciudad, y cómo las ideas sobre limpieza y bienestar transformaron la relación de las personas con este recurso vital.

Esta cañuela fue hallada durante las excavaciones realizadas en los sótanos del edificio de La Facultad. Aunque este tipo de estructuras se encuentran desde el siglo XVI, la orientación de esta cañuela (oriente-occidente), conectada con el trazado del edificio Facultad y las características de sus materiales permiten fechar su construcción a inicios del siglo XIX.

DIARIO DEL MILITAR

Fotogrametría
Cronología: Década de 1980

Descripción:
Este es el fragmento de diario de un militar, hallado en el edificio La Facultad, el sector del Bronx donde operó el antiguo batallón de reclutamiento, constituye una ventana directa a la vida cotidiana, emocional e institucional del lugar durante su uso castrense. Este hallazgo humaniza el pasado del Bronx, recordándonos que también fue un espacio de vida, espera y disciplina.

El documento confirma, con evidencia material y escrita, la función del edificio como cuartel o centro de reclutamiento a finales del siglo XX hasta que fue entregado para su restauración. Aporta contexto a su arquitectura robusta y cerrada, y se vincula con otros hallazgos como casquillos, documentos y medallas. Este fragmento de diario es mucho más que un papel antiguo: es una voz que emerge del pasado, testimonio íntimo de una generación de jóvenes que habitaron y dieron sentido a este lugar.

BOTIJA PERULERA

Fotogrametría
Imagen de referencia

Material: Cerámica de pasta gruesa, con inclusiones visibles y vidriado interior con óxidos metálicos
Cronología: Siglos XVI–XIX

Descripción:
Las llamadas botijas peruleras eran recipientes cerámicos ampliamente utilizados entre 1490 y 1850 para el transporte de líquidos como vino y aceite. Se caracterizan por su forma redondeada o alargada, cuello corto y paredes gruesas. Su base podía ser cónica, plana, redondeada o anular.

Presentan estrías visibles tanto en el interior como en el exterior, resultado del proceso de manufactura en torno. Muchas fueron recubiertas internamente con un vidriado de plomo para impermeabilizar la cerámica. Eran producidas de forma rápida para abastecer la alta demanda comercial, lo que generaba imperfecciones. En algunos casos, fragmentos de botijas fueron reutilizados como material de construcción.

OLLA PREHISPÁNICA

Fotogrametría
Imagen de referencia
Material: Arcilla crema con desgrasante de tiesto molido
Cronología: Siglos XVI–XX

Descripción:
La cronología de este tipo de cerámica se extiende desde el periodo prehispánico hasta comienzos del siglo XX. En sus orígenes estuvo asociada a formas finas de uso ceremonial, pero durante el periodo colonial predominan las formas domésticas como ollas y cuencos.

¿Qué revela esta cerámica sobre el Bronx?

Su presencia en el sitio constituye un testimonio material de la persistencia de prácticas alfareras de tradición indígena en un entorno urbano mestizo. Esta pieza en particular, completamente carbonizada y de estilo prehispánico, sugiere que el Bronx pudo haber sido habitado incluso antes de la fundación de Santafé, o que durante el periodo colonial temprano fue un espacio de convivencia entre formas de vida indígena y dinámicas europeas.

UNGÜENTO HOLLOWAY’S

Fotogrametría
Imagen de referencia
Material: Cerámica industrial inglesa
Cronología: Siglo XIX – ca. 1880

Descripción:
Fragmento de pote medicinal fabricado en Inglaterra hacia 1880. El texto inscrito dice: Holloway’s Ointment for the cure of gout and rheumatism, inveterate ulcers, sore breasts, sore heads, bad legs. Manufactured only by the proprietor, 533 Oxford St, London.

¿Qué revela esta cerámica sobre el Bronx?

Este tipo de productos llegaban a Bogotá a través de casas comerciales y boticas, lo que refleja la circulación de objetos europeos en contextos urbanos andinos. El contenido del ungüento sugiere acceso a tratamientos modernos de la época, al menos en su dimensión comercial.

Los potes de Holloway fueron emblemas de la industria farmacéutica victoriana. Su hallazgo en el Bronx revela una conexión con la historia global del consumo, la salud y la urbanización. Este fragmento no es solo una pieza cerámica: es una evidencia material de la vida cotidiana, marcada por la enfermedad, la modernidad y los cambios en los modos de vida en una ciudad en transformación.

La intervención arqueológica en el Bronx Distrito Creativo no solo ha permitido documentar y proteger valiosos vestigios materiales, sino que ha dignificado las memorias que habitan este territorio. Cada hallazgo confirma que la historia de Bogotá no está solo en los archivos o en los libros: también está bajo nuestros pies, en los objetos cotidianos, en las estructuras ocultas y en los fragmentos que narran silenciosamente cómo fuimos y cómo vivimos.

Crédito: Investigación en curso bajo la Autorización de Intervención Arqueológica (AIA) 8792, liderada por la arqueóloga titular Sthefany Vélez.
Fotogrametrías: Diego Ruiz y Julian Angarita.
Laboratorio y clasificación de material: Felipe Gaitán Ammann.

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