- Después de cinco años de la intervención del Bronx, este lugar continúa su proceso de transformación de la mano de la comunidad, artistas, creativos, emprendedores, gestores culturales y diferentes instituciones de la administración distrital.
- Hoy, este territorio se posiciona como espacio para la inclusión y la cultura; un punto de encuentro en el que a punta de diálogo y reconocimiento de la diferencia se observan desde otros ángulos los sucesos que marcaron los imaginarios sobre el lugar.
Bogotá, julio de 2021. La transformación de El Bronx, liderada por la Alcaldía de Bogotá a través de la FUGA y la ERU, es un proceso transversal que va desde la intervención física del espacio hasta el trabajo con el corazón, la memoria y el espíritu del lugar. En ese sentido y siguiendo la vocación inclusiva del Bronx Distrito Creativo, la comunidad Inga, residente de la localidad de Los Mártires, realizó una ceremonia de armonización y limpieza de las energías para todo el territorio.
14 autoridades de este pueblo indígena se reunieron en la antigua L para regarle al Bronx un ritual ancestral con el que se estimuló la conexión espiritual y la comunicación fluida entre el territorio y sus habitantes, así como la sanación de las heridas y del dolor que allí habitó.
“La comunidad Inga, que desde hace varias generaciones habita nuestra ciudad, se une de manera física y espiritual a este proceso de reconstrucción y transformación del corazón de la ciudad. Lo hace a través de un ritual de sanación, tan importante para el espíritu de todo el proyecto, pero también a través del relato de su historia, del cómo llegaron aquí a Los Mártires, de sus luchas y dificultades, las cuales quedarán plasmadas en una pieza museográfica que hará parte de la exposición inaugural de nuestra Esquina Redonda”, asegura Margarita Díaz, directora general de la FUGA.
El ritual, un ejercicio colectivo entre los taitas, sabedores y mayoras de la comunidad, consistió en la construcción de un enorme círculo humano rodeando una fogata hecha con plantas de palosanto y copal y se creó en la tierra un mandala con frutos dulces. Aquí se limpiaron y armonizaron las energías del sitio y de los asistentes.
Durante el ritual, la comunidad Inga encontró una planta de tabaco en la antigua L. Para ellos, fue una grata sorpresa el hallazgo, pues esta simboliza el poder y la capacidad de sanar.
“Tener al pueblo Inga aquí representa más relatos, más experiencias y más manos para la construcción de nuevos significados para este territorio. El renacer del Bronx, así como la planta de tabaco, nos lleva a visualizar el poder que nos dará el acceso a nuevas oportunidades y la salud y bienestar de una comunidad que pudo cerrar las heridas del pasado”, concluyó Margarita Díaz.