El relato que Gloria tenía para todas las chicas aquella mañana en el Laboratorio Creativo Artístico La Serendipia, saltó de los recuerdos y las memorias a una serie de viñetas cocidas sobre tela. Con escenarios bordados y protagonistas hechos con retazos de colores. Una pieza quizá más grande que una cama doble, en la que se narran inicios, nudos que se extienden hasta el presente y ruegos por un desenlace feliz.
“Este tapiz fue hecho en la casa Oasis durante la cuarentena. Relata algunas historias de dolor ocurridas en el barrio Santa Fe y sirve como elemento de sanación para las mujeres que lo hicimos. Cada una hizo un escrito sobre la vida que estábamos llevando y luego nos reunimos, los compartimos y creamos una historieta que narrara todo para luego pasarlo al tapiz. Este relato es la suma de todas las 12 historias. Nosotras quisimos con el tapiz dar a entender que a pesar de que uno haya tenido una vida dura sí es posible salir adelante, que a pesar de los obstáculos es posibles ponernos de pie de nuevo”, comenta Gloria. Escuche aquí el relato completo.
Como este tapiz, existen otros nueve en tamaños que pueden ir desde los 150 por 50 centímetros hasta uno de 12 por dos metros, trabajado en compañía de las Tejedoras de Mampuján en el que se aborda el tema de ciudad y familia. Son hechos tanto por personas que habitan las Unidades de Protección Integral del Idipron como por las futuras lideresas de las comunidades del centro de Bogotá, que hoy se forman en el Laboratorio Creativo, un espacio conectado con el Colaboratorio de Creación y Memoria “La Esquina Redonda” del Bronx Distrito Creativo.
“En este momento hay 10 chicas y la idea es vincular a cuatro o cinco más. Con ellas trabajamos las historias de vida, hacemos ejercicios de catarsis, tejemos, cocemos. Trabajamos temáticas de género, violencias, gustos artísticos y sanación. El objetivo grande es formar lideresas pares comunitarias que comenzarán a hacer intervenciones de trabajo dentro de la comunidad y dentro de las casas de Idipron”, comenta Leonardo Torres, quien trabaja desde hace más de cinco años con esta institución en el área de salud, reducción de riesgo y daño.
Los tapices son de temática y forma variada. Ejercicios muy personales, primero de introspección y luego de exteriorización de las ideas y sensaciones. Piezas únicas inspiradas en experiencias muy íntimas, pero tristemente comunes y conocidas por todas: violencia de género, abandono, abuso o falta de oportunidades. Pero también hay otros elementos que entran en juego: “Inspiración, tranquilidad, solidaridad, comunión, proceso, resistencia, retroalimentación, pensamientos, compromiso, esperanza y aprendizaje”, van diciendo cada una de ellas cuando les toca escoger alguna palabra con la que se han sentido conectadas el día de hoy.
Una mañana de trabajo con las chicas
Mientras unas pintan y trabajan en sus tapices, otras revisan pequeños textos para describirlos. Reflexionan a fondo sobre sus emociones, sobre la razón de ellas y el cómo pueden darle manejo pensando en el otro. Buscan crear una red de apoyo para ellas mismas y ver de qué manera pueden ayudar a otras personas en condiciones de riesgo.
“Esta es una historia sobre la voz en el territorio”, “nos estamos tejiendo todo el tiempo”, “como mujeres somos una red”, “las historias de otras me atraviesan”, “dejar de enfocarme en lo que yo pienso y siento y mirar al otro”.
Ser mujer: “La obra habla sobre el significado de ser mujer en un contexto machista y patriarcal. Una de las sirenas representa una mujer empoderada de sí misma que ha superado y la segregación por el género y ha llevado sus proyectos a un buen fin en virtud de sus capacidades. La felicidad es ser ella. Las sirenas también representan a las mujeres transexuales. En el mar encuentro paz y uno se puede limpiar en él. Una sirena está encerrada en los pensamientos de una sociedad machista. La otra está liberada y empoderada”. Escuche aquí el testimonio completo.
Puño en alto: “Nos queremos vivas y libres. Hoy grito por aquellas mujeres que callaron por el temor a denunciar. Por miedo, por el rechazo, por no querer sentir el maltrato de sus parejas. Hoy grito en las calles por sus derechos. Por el valor, por el que no tengas más miedo y salgan de ese mundo oscuro que habitan. Por el que no haya más maquillaje que pueda ocultar sus heridas. Ya no quiero más muertes, más abusos sexuales”. Escuche aquí el testimonio completo.
Tus gritos también me duelen: “Este tapiz significa que, aunque no haya golpes, agresiones, dolencias físicas o maltratos, sí hay violencia y sí nos duele. Los golpes se pueden maquillar, pero las palabras no. Cuando nos dicen “usted no sirve para nada, eso queda allí rodando y rodando mucho tiempo”. Escuche aquí el testimonio completo.
Todas las piezas que se produzcan en el marco de estos talleres, serán parte de la colección de La Esquina Redonda en el Bronx Distrito Creativo.
